Hoy la verdad es que no tenía mucho que poner. No me ha pasado así nada en especial, lo de todos los días: encapsular un par de sensores y ponerse a medir en físicas, que básicamente es montar un pifostio de la leche para que se "muera" el sensor en un par de horas (y vuelta a repetir el proceso). Es un círculo vicioso del que me gustaría salir pronto.
Al final del día tenía un funeral, no es que sea algo por lo que uno pueda estar contento. El funeral era de un hermano del colegio (los del babero). Quizás haya sido el más querido de todos, el primero que tuvimos cuando empezabamos el cole: el Hno Pablo.
Son muchos los recuerdos que me vienen al escribir estas líneas. Recuerdo su sonrisa, su bromas, cuando se subía en la escalera del patio de pequeños con el megafono el primer dia de curso. Todos recordamos cómo nos daba bolitas de anís y caramelos cuando, al mismo tiempo, nos daba las notas del trimestre, fuera cual fuese el resultado de ellas. Algunos posiblemente recuerden las excursiones por la sierra, aquellos madrugones para ir a la sierra, las historias que contábamos en el cercanías, las caminatas... Y los que nos quedábamos en el comedor de pequeños, como nos servía el agua, con el vaso volando por los aires. En fin, son tantos recuerdos que han pasado por los maravillosos... Sirva como recuerdo al Hermano Pablo. Os pongo a continuación una foto de algo que a muchos de nosotros nos traerá recuerdos.
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